Lilia Carmina Acosta Quintero es una mujer que ha hecho de su vida un testimonio de amor, entrega y liderazgo. Psicóloga, maestra, empresaria y madre, ha tejido con pasión una trayectoria que conjuga la sensibilidad de la educación con la visión del emprendimiento. Presidenta y socia fundadora de AMEXME Capítulo Cholula, y directora de Solak Renta de Autos, ha demostrado que es posible crecer profesionalmente sin dejar de lado el corazón de la familia. Consejera activa en organismos empresariales como COPARMEX y el Consejo Coordinador Empresarial, así como en la Universidad Interamericana de Puebla, Lilia es una voz que impulsa el desarrollo con perspectiva humana, también ha sido embajadora de Mérito Quetzal. Pero más allá de los títulos y logros, su mayor orgullo es ser madre y abuela: su motor, su razón, su legado. Acompañada por su esposo, ha aprendido a vivir la maternidad con amor incondicional, posponiendo sueños propios por el bienestar de sus hijos y enseñándoles, con el ejemplo, que la felicidad se construye con esfuerzo, disciplina y fe. Luchadora incansable y mujer de valores, su propósito es claro: dejar huella en cada paso, tocando vidas y abriendo caminos con autenticidad y generosidad.

ENTREVISTA EXCLUSIVA

Lili, has construido una trayectoria profesional impresionante. ¿Cuál fue el primer impulso que te llevó a combinar educación, psicología y empresa?
R. En mi vida se han ido presentando oportunidades laborales, y he tenido que tomar decisiones que poco a poco fueron dándole rumbo a mi carrera profesional. En cada espacio en el que he trabajado, he procurado desempeñarme con pasión, profesionalismo y entrega.
Siempre he intentado ayudar a los demás, dar lo mejor de mí misma y, sobre todo, disfrutar profundamente lo que hago.

Eres presidenta de AMEXME Cholula y fundadora de Solak. ¿Qué representa para ti ser una mujer líder en el mundo empresarial de Puebla?
R. Ha sido un gran reto abrirme camino en el mundo empresarial en Puebla. He enfrentado desafíos personales y profesionales que me han hecho crecer, pero en cada paso también he encontrado personas maravillosas que me han impulsado y me han inspirado a continuar, incluso si a veces ha sido necesario cambiar de dirección. Hoy sé que cuando se transita en compañía, todo es menos difícil.

Ser líder de una asociación de mujeres es una gran responsabilidad y, a la vez, una enorme satisfacción. Estoy rodeada de mujeres talentosas, profesionales en lo que hacen y con un gran corazón, eso me motiva cada día a dar lo mejor de mí, no solo como empresaria, sino como ser humano.

Eres una destacada líder y empresaria, pero también madre y abuela amorosa. ¿Cómo lograste armonizar tu desarrollo profesional con tu rol como mamá y ahora como abuela?

R. Siempre he procurado darle el tiempo y la importancia a cada rol que desempeño. A mis hijos les he enseñado que todo lo que hagan debe hacerse con entrega, disciplina y pasión. Les he dicho siempre: «Disfruten el momento, hagan lo que hagan».
Como mamás, solemos cargar con sentimientos de culpa por no saber si estamos haciendo lo correcto, si estamos dedicando el tiempo suficiente. Nos exigimos mucho, tanto en lo profesional como en lo personal. Pero he aprendido que la clave está en diseñar un plan de acción claro y luchar por nuestros sueños con convicción.

 

 

Lili, ¿Cuál ha sido el mayor desafío que enfrentaste como madre emprendedora y qué aprendizaje te dejó?

R. Emprender sin experiencia, en un entorno desconocido y sin conocimientos técnicos fue uno de los mayores retos que enfrenté. Si hubiera sabido todo lo que implicaba, quizás no me habría atrevido. Pero confié. El crecimiento fue llegando poco a poco, las puertas se fueron abriendo.
Mi mayor aprendizaje ha sido entender que las redes de apoyo son fundamentales para crecer como persona, profesional y empresaria. Prepararse, capacitarse constantemente y rodearse de gente que suma, hace toda la diferencia.

¿Qué valores procuras transmitir tanto en tu hogar como en tu empresa y en las organizaciones que representas?

R. El respeto, la solidaridad, la empatía y la puntualidad son pilares en mi vida. También el amor propio y hacia los demás. Pero, sobre todo, creo que si una no trabaja en sí misma, difícilmente puede ayudar a los demás. Hay que construirnos desde adentro para poder impactar positivamente hacia afuera.

Lili, Vivimos en tiempos donde muchas mujeres aún sienten miedo de emprender. ¿Qué mensaje les darías para atreverse y salir adelante?
R. Hoy existen muchas formas de emprender y también muchos apoyos para hacerlo.
A las mujeres que tienen miedo, les diría que crean en sí mismas, que inicien con profesionalismo, con respeto por su idea y con preparación, pero, sobre todo, que se acerquen a redes de apoyo como asociaciones, cámaras o grupos empresariales. Ellas pueden ayudarles a acortar la curva de aprendizaje y alcanzar el éxito más rápido.
Desde tu experiencia, ¿qué necesita Puebla para fortalecer el papel de la mujer en el ámbito empresarial y social?

R. Puebla tiene a mujeres valientes, trabajadoras y de gran ejemplo. He conocido muchas que me inspiran todos los días. Creo que necesitamos más espacios de capacitación, vinculación e inversión, tanto desde el gobierno como desde la iniciativa privada.

También es necesario visibilizar lo que ya existe, para que más mujeres puedan acceder a estos recursos fácilmente. Y claro, generar verdaderas oportunidades de comercialización, no solo local, sino regional, nacional e incluso internacional.

Finalmente, ¿qué legado deseas dejar, no solo a tu familia, sino a las generaciones de mujeres que vienen detrás de ti?

El legado por el que siempre he trabajado es la cultura del trabajo y el esfuerzo, que depositen en todo lo que hacen su esencia como personas, pero que trabajen siempre para ser siempre una mejor persona, para tener que ofrecerles a los demás. Pero sobre todo, que busquen siempre su FELICIDAD.

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